A la hora de elaborar nuestro plan de social media, es necesario (por no decir obligatorio) que éste contenga acciones bien definidas y coherentes. La mejor forma de hacerlo es enfocar dichas acciones hacia cinco objetivos fundamentales:
– Posicionar la marca.
– Difundir y dar a conocer un producto o servicio.
– Comunicar un mensaje específico.
– Promocionar algo.
– Obtener base de datos y leads.
Debemos hacernos preguntas para inspirarnos y que nos permitan definir nuestras acciones. Por ejemplo: ¿Qué puedes ofrecer a tu audiencia que no le ofrezcan los demás? ¿Por qué tendrían que hacer Me gusta o Follow? ¿Qué les motivaría a comentar o participar en tus redes sociales? ¿Qué otro valor o utilidad puedes aportar con tus publicaciones? Tiene que ser información útil. ¿Qué otras redes puedes usar para acciones concretas?
En base a estas cuestiones y a otras que se te puedan ocurrir, crearemos acciones que más tarde ejecutaremos en nuestro plan. Algunos ejemplos de estas acciones podrían ser:
– Publicar es por lo general la principal acción. Deberemos especificar en nuestro plan la forma, la regularidad y la red que usaremos como canal.
– Proponer preguntas, participar, plantear iniciativas, problemas, soluciones, noticias interesantes, etc. En definitiva, contenido de valor.
– Crear sitios y blogs donde el usuario pueda encontrar información útil y que, al mismo tiempo, posicione nuestra marca.
– Difundir la identidad de tu marca a través de enlaces en las distintas redes sociales.
– La creación de grupos en redes sociales.
– La publicación de encuestas segmentadas entre nuestra audiencia.
– Ofrecer descuentos exclusivos entre los seguidores, invitando a visitar nuestro sitio web.
– Utilizar redes como Facebook o Twitter para realizar sorteos.
Es importante recordar que no se trata de vender, sino de comunicar, generar contactos, compartir y colaborar. Lo complicado está en hacer que dentro de estos 3 parámetros logremos conseguir objetivos comerciales. Si pasado un tiempo vemos que nuestra estrategia no funciona correctamente, deberemos corregir o modificar aquello que no funcione y encontrar una solución que lo convierta en eficaz.
Ningún plan permanece constante en el tiempo, por lo que la corrección de las acciones así como su eliminación y su replanteamiento es algo muy común.
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